Desde los tiempos en los que la destreza y el ingenio superaron a la fuerza a la hora de conseguir una pareja, las formas de cortejar han sufrido innumerables cambios. De aquellos neolíticos años en los que privaba la fuerza y la fecundidad, a la casi total desaparición de protocolo alguno. Sigue empezando por un saludo pero a veces la siguiente frase es ¿nos liamos?,esto claro cuando preguntan, y no te asaltan con un beso aderezado de ginebra con pimienta rosa (¡Viva el romanticismo!). Está claro que no se puede generalizar, ya que cada persona es un mundo, cada uno
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