Estamos de vuelta con el tema que más os interesa por encima de los gatitos metidos en cajas pequeñas y los memes graciosos. El amor, es eso que nos vuelve locos, que nos emociona y en el que, sin saber por qué, siempre buscamos la solución. Ya sea, a nuestra depresión postvacacional, a nuestro estrés, nuestras dudas e incluso a nuestra propia vida.
¿Todo depende de otra persona?. No, el punto clave está en el interior de cada uno. Tanto es así, que para encontrar a esa media naranja o para estar a gusto con un cuarto de ella, lo primero es aceptarse a uno mismo, quererse y mimarse cuanto más, mejor. Somos, a pesar de lo que digan artífices de nuestra historia, pioneros en la materia del amor y es que no hay libros de teoría que nos puedan ayudar, tan sólo amigos que nos aconsejen mal porque nos ven tristes. Y amigas que nos den su consuelo y su opinión sobre nuestra situación. Siento decirlo tan claro, pero es verdad. Las mujeres tienen la delicadeza que nos falta para abordar estos temas, nosotros nos movemos por instinto, por intuición si eso existe en masculino, y así nos va.
Pero como he dicho antes, es cosa de dos, tanto la caza, la captura y el placer de comerse al bicho, en cuestión. Este placentero acto de disfrutar de otra persona invadiendo tu vida y tu alma y tu estómago con esas molestas mariposas; puede durar días, meses, años, muchos años… Aunque al contrario de ir de compras las condiciones no dependen del gusto del consumidor. Lo llevamos más lejos, es incontrolable, indescriptible y extraño. Tan extraño que solo podemos asomarnos a la sensación que nos provoca con frases cortas que adaptamos cada uno a nuestra pesadilla personal. Cada uno pensará en ese cielo que desea, y le pondrá su imagen, pero para quién de momento solo sueña les ponemos también la imagen.
Todo el conjunto, forman estos estados con imágenes de amor, que volcamos en la red para que se os inunden los sueños y hagáis las paces con la humanidad. Ni todo es tan malo, ni tan bueno que no se pueda acabar.
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